Hoy retomo la actividad en mi blog con la mayor de las ilusiones, ya que desde el pasado día 10 de julio tengo el enorme orgullo de ser padre, por primera vez. No puedo evitar sentir la necesidad de decir abiertamente que jamás he experimentado emociones que se asemejen, ni de lejos, a lo que he sentido en estos últimos 21 días.
Me gustaría dedicar esta entrada tan especial a mi mujer, por portarse como una auténtica amazona durante el embarazo y por ser tan valiente y fuerte durante el parto, y por supuesto a mi hijo, a quien dedicaremos con devoción el resto de nuestras vidas para darle todo el amor y el cariño del mundo y a inculcarle los valores en los que creemos.
Y como si de una cápsula del tiempo se tratase este blog, quiero mandarle este mensaje:
Nunca te rindas, nunca dejes de luchar, Andrés. Sé constante, honesto, muestra siempre respeto por los demás, y exige el mismo respeto para ti. Da siempre lo mejor de ti para alcanzar tus metas, pero también para disfrutar de cada momento de tu vida. Porque, al final, la vida siempre te abre puertas, y hasta la más inesperada de ellas puede llevarte camino a la felicidad... así que nunca dejes de curiosear, hijo mio.
Y como si de una cápsula del tiempo se tratase este blog, quiero mandarle este mensaje:
Nunca te rindas, nunca dejes de luchar, Andrés. Sé constante, honesto, muestra siempre respeto por los demás, y exige el mismo respeto para ti. Da siempre lo mejor de ti para alcanzar tus metas, pero también para disfrutar de cada momento de tu vida. Porque, al final, la vida siempre te abre puertas, y hasta la más inesperada de ellas puede llevarte camino a la felicidad... así que nunca dejes de curiosear, hijo mio.