Perros paracaidistas de élite, palomas mensajeras que llevan información vital y gatos marineros que mantienen la moral de la tropa alta : ellos también pueden llegar a ser auténticos héroes. La medalla Dickin nació para rendirles tributo.
En plena Segunda Guerra Mundial y en una Europa arrasada por las batallas, los actos de heroismo de soldados y civiles se sucedían casi a diario. Sólo unos pocos de esos actos de valor extremo llegaron a ser recompensados con condecoraciones del más alto rango, como el Corazón Púrpura de los americanos, la Cruz de la Victoria de los británicos o la Cruz de Hierro de los alemanes.Pero también muchos fueron los héroes anónimos que nunca llegaron a recibir ninguna medalla a pesar de sus acciones valerosas o decisivas. En ese grupo de desconocidos estaban los protagonistas de nuestra entrada de hoy, hasta que llegó la medalla Dickin.
La Segunda Guerra Mundial fue también la Gran Guerra para cientos de perros, palomas, caballos e incluso gatos : fueron usados como guardianes, mensajeros, rastreadores, portadores de provisiones, espías, paracaidistas y hasta (desdichados) kamikazes antitanque…
Fue en 1943 cuando la veterinaria británica M. Dickin, conocedora de la cantidad de actos de valor protagonizados por animales tanto en el mundo civil como el militar, concibió la idea de otorgar un reconocimiento a todos aquellos animales que demostraban, en tiempos de guerra, una gran valentía y una entrega incondicional en circunstancias extremas.
Hoy en día, la medalla es un galardón internacionalmente reconocido, del cual hace entrega el alcalde de la ciudad de Londres. Entre 1943 y 1949, se otorgó un total de 45 veces, distribuyéndose entre 32 palomas, 18 perros, 3 caballos y un gato.
Aunque son muchos los homenajeados, aquí teneis mi particular “Dickin Hall of Fame”, con los casos que más me han llamado la atención :
Winkie : mensajera implacable
Winkie fue una paloma del Servicio Nacional de Palomas Mensajeras del ejército británico a la que embarcaron a bordo del bombardero británico Bristol Beaufort, que fue derribado por fuego antiaéreo alemán en el Mar del Norte.La tripulación, con la radio inutilizada y aferrándose a lo que quedaba del fuselaje, decidió aferrarse a su última esperanza : soltar a Winkie y confiar en que llegara volando a Inglaterra con un mensaje de socorro, a pesar de que la distancia era enorme.
Tras recorrer más de 120 millas, Winkie llegó a su nido-barracón completamente exhausta, empapada y llena de petróleo que le habia caído a causa del accidente del avión. Teniendo en cuenta el tiempo desde que habia partido el avión y la dirección del viento, la RAF fue capaz de determinar en unos 15 minutos la zona aproximada en la que había caido el avión y rescatar a toda la tripulación, sana y salva.
Rip, el héroe de Londres
Rip fue un terrier vagabundo y hambriento encontrado entre las ruinas de edificios destruidos tras uno de los muchos bombardeos nazis que sufrió la ciudad de Londres. Su “padre adoptivo” fue un guarda británico que pronto apreció las cualidades de Rip : su gran olfato y su tenacidad le permitían encontrar víctimas que aún seguían con vida entre los escombros, tras los ataques.
Sin ningún tipo de entrenamiento ni experiencia previa, Rip se lanzaba de manera instintiva a la búsqueda de supervivientes, sin descanso. En total, se calcula que salvó la vida a mas de 100 personas, llegando a convertirse oficialmente en el primer perro especializado en operaciones de búsqueda y rescate. Su éxito fue el que animó a las autoridades a crear un cuerpo de perros exclusivamente entrenados para estos propósitos.
Rob : un paracaidista de élite … de 4 patas
Rob fue un perro de granja del condado británico de Shropshire al que sus dueños, Basil and Heather Bayne, decidieron alistar en el ejército en 1942 para que sirviera como perro de guerra. Este tipo de acciones o "donaciones" no eran hechos aislados, ya que fueron muchas las familias inglesas que cedieron voluntariamente a sus “avispados” perros para que colaboraran en las miles de acciones de apoyo y logística que tenía que realizar el ejército.
Un perro paracaidista británico |
Pero Rob demostró que estaba capacitado para mucho más que la simple logística: se le entrenó para realizar saltos con las unidades aerotranspotadas, y hoy por hoy se le atribuyen alrededor de 20 saltos sobre territorio enemigo durante la campaña del Norte de África, ostentando un récord que pocos humanos han alcanzado (para que os hagáis una idea, de media en aquel entonces un paracaidista no solía sobrevivir a más de 4 saltos sin caer por fuego enemigo). Rob también participó en misiones tras las lineas de defensa nazis con el SAS, siguiendo rastros, alertando a sus compañeros de la presencia de enemigos y colaborando en la extracción de comandos.
Simon : manteniendo la moral de la tropa alta … y a los ratones a raya
Simon tiene el mérito de ser el único gato que ha obtenido la Medalla Dickin. Fue embarcado a bordo de la fragata inglesa HMS Amethyst, después de que uno de los tripulantes del barco lo encontrara merodeando por el puerto. Simon se ganó muy pronto el cariño de la tripulación, ya que demostraba una gran pericia matando a las ratas del barco, las cuales eran muy temidas porque se comían las provisiones de la bodega y podían transmitir serias enfermedades.
Sucedió que, en el año 1949, el barco se vio envuelto en el Incidente del Yangtse, por el cual la fragata fue cañoneada por el ejercito comunista chino, matando a parte de la tripulación. Simon resultó gravemente herido, con 4 impactos de metralla, quemaduras por todo el cuerpo y una fuerte conmoción en la cabeza.
El médico de la fragata le extrajo la metralla, limpió sus heridas y lo vendó, pero no apostaba por que Simon sobreviviese a la primera noche. Contra todo pronóstico, el gato sobrevivio y siguió paseándose por la cubierta a diario, jugando con los supervivientes y cazando ratas sin descanso. El hecho de ver al animal con la cabeza vendada y lleno de heridas pero cumpliendo con su “deber” ante todo, suponía una inyección de moral para los marineros, que llegaron a verle como un ejemplo a seguir ante la adversidad.
Finalmente Simon murió a causa de sus heridas, pero recibió la Medalla Dickin 4 días después, a título póstumo.
Y ya para terminar, me gustaría cerrar esta entrada rindiendo un pequeño homenaje a los cientos de perros rusos que fueron usados como armas anti-tanque en el frente del este, y que nunca recibieron una medalla. Fueron muchos los que sacrificaron sus vidas, al ser entrenados para lanzarse contra los carros nazis con varios kilos de explosivos y una espoleta que se activaba por contacto con el “suelo” del tanque. Ellos también pusieron su granito de arena para que los rusos pudieran darle la vuelta al curso guerra.
Como suele decirse, una imagen vale más que mil palabras :
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