domingo, 17 de diciembre de 2017

Nunca tantos debieron tanto a unos pocos : la Batalla de Inglaterra

“Never in the field of human conflict was so much owed by so many to so few” (“Nunca en el ámbito del conflicto humano tantos debieron tanto a tan pocos”)… Así resumía el carismático Primer Ministro Británico Winston Churchill la hazaña conseguida por los intrépidos pilotos de la Royal Air Force : detener la invasión nazi de Gran Bretaña en la mayor batalla aérea que se ha vivido hasta nuestros días, la Batalla de Inglaterra.





La Batalla de Inglaterra está considerada como la mayor campaña aérea de la Historia. No fue una única batalla en sí, sino una serie de incursiones o ataques masivos de la Luftwaffe sobre territorio inglés para destruir a su fuerza aérea, la RAF, con el objetivo de asegurar el paso de las tropas nazis a través del Canal de la Mancha.


Solos ante el Tercer Reich

En Julio de 1940, Alemania había conseguido virtualmente el control total del continente europeo, tras la rendición de Francia. El imparable avance de los nazis había obligado al alto mando británico a replegar y evacuar sus tropas de la British Expedionary Force (BEF) desde la playa de Dunkerque. Estas tropas habían desembarcado a finales de 1939 para lanzar una ataque conjunto y ayudar a Francia, en respuesta a la invasión de Polonia. Sin embargo, el implacable éxito de la campaña alemana en Bélgica y la maniobra de pinza magistralmente ejecutada por los generales nazis obligó a un repliegue muy acelerado de miles de tropas hacia dicha playa, dejando una cantidad inmensa de material bélico abandonado por el camino.

Esta evacuación o retirada, que a priori podría parecer una derrota, fue considerada como una victoria por los británicos, ya que habían conseguido salvar a cientos de miles de soldados experimentados que estaban totalmente acorralados en aquella playa.




La operación, conocida como Dinamo o “el milagro de Dunkerque”, no sólo pasó a la posteridad por su valor estratégico, sino por convertirse en un icono de la entereza ante la adversidad de los ingleses : aunque el grueso del rescate los realizaron los buques de la Royal Navy, lo más destacable de esta historia es que se sumaron más de 800 embarcaciones de propietarios particulares, que durante 7 días fueron usados por sus dueños o por reservistas que las”tomaron prestadas” sin previo aviso y se lanzaron al Canal de la Mancha para participar en aquél éxodo masivo de soldados.

En aquella semana, se salvaron más de 338.000 vidas de soldados ingleses, franceses y belgas, pese a las 5000 que cayeron en las playas de Dunkerque por los bombardeos nazis. Los historiadores siguen preguntándose, hoy por hoy, cómo es posible que Hitler cometiera el error de “perdonar” a los ingleses y no lanzara un ataque definitivo a gran escala contra aquellas tropas acorraladas, lo que le hubiera dado la victoria definitiva, aunque se manejan varias hipótesis. De todo ello hablaremos en la entrada sobre la magnífica película de Christopher Nolan "Dunkerque".



Sea como fuese, la situación era realmente desesperada para los ingleses, puesto que la Unión Soviética y Alemania habían firmado en agosto de 1939 el pacto de Ribbentrop-Molotov, por el que acordaron no atacarse mutuamente (y de paso repartirse el territorio de Polonia entre ambos). En estas circunstancias, Reino Unido pasaba a convertirse en la única potencia que continuaba luchando contra la Alemania nazi, y permanecería sola durante más de un año…

Así pues, Hitler y la Wehrmacht colocaron su punto de mira en las islas británicas. Pese a que el deseo y la esperanza de Hitler era que Gran Bretaña firmara la paz, la determinación de los anglosajones y, ante todo, la férrea postura del mítico primer ministro Winston Churchill de no rendirse, le llevaron a tomar la decisión de continuar la guerra contra los ingleses . Era el momento de centrar esfuerzos en la invasión y lanzar la Directiva número 16 : la Operación León Marino.


Winston Churchill

sábado, 23 de septiembre de 2017

The Expanse : Guerra Fría en el Sistema Solar


Ya hacía bastante tiempo que una serie de ciencia ficción no conseguía llamar mi atención, principalmente porque para mí es un género que, por regla general, solo me atrae en formato película, que suele contar con un presupuesto superior al de los seriales. Pues bien, a día de hoy, puedo decir que 'The Expanse' está llamada a ser una de las mejores series de este género, una verdadera space-opera con grandes dosis de thriller político, acción y, sobre todo, con un trasfondo con grandes posibilidades de explotación.


Pero... ¿qué tiene de especial esta serie para ganar cada vez más adeptos de forma silenciosa, sin llegar a tener ni el marketing ni el abultado presupuesto de otras series del momento como Juego de Tronos?

La primera razón de peso es que el universo tecnológico que han concebido los autores de esta saga (que como veremos más adelante arrancó como una novela) transmite la sensación de ser mucho más tangible y realista desde la perspectiva de nuestro mundo actual. En otras palabras : olvídate de viajes interestelares a la velocidad de la luz con desfases temporales para volverse loco, agujeros de gusano tremendamente inestables o motores de salto a la hipervelocidad (perdóname, George Lucas).... Aquí la trama se desarrolla en un futuro relativamente cercano, dentro de 200 años, cuando tras colonizar progresivamente la Luna, Marte y los planetas interiores,  el ser humano consigue expandirse por todo el Sistema Solar gracias a la aparición de un revolucionario motor diseñado por el científico Solomon Epstein (nombre cool donde los haya),  que proporciona una aceleración mantenida que permite alcanzar una fracción marginal (palabra clave aquí) de la velocidad de luz, con un consumo de combustible mínimo.

Gracias a esta nueva tecnología, el hombre consigue colonizar el resto de planetas del Sistema Solar y, en especial, el Cinturón de Asteroides, con base principal en el planeta enano Ceres, accediendo así a la enorme cantidad de recursos (agua, minerales, metales) que proporcionan los asteroides que pueblan esa zona.

Y aquí es donde llega la segunda buena razón para ver esta serie : su carácter de thriller político. Debido a esta expansión arriba descrita,  surgen 3 grandes facciones : la Tierra, que se sigue considerando a sí misma como el epicentro de poder y cultura del Sistema Solar, con Naciones Unidas a la cabeza; Marte, una colonia originalmente  compuesta por científicos y que, debido a sus desavenencias con la Tierra, se ve forzada a convertirse en una república fuertemente militarizada; y finalmente el Cinturón, cuyos habitantes se autodenominan belters (cinturianos en la novela, cinturonianos en la serie) y que podrían considerarse el equivalente a la clase obrera y marginal dentro del Sistema Solar : cientos de miles de mineros, pilotos, estibadores de muelles de carga y trabajadores en general que viven en colonias hacinadas, a baja gravedad y en condiciones que podriamos catalogar de tercermundistas. Debido a estas terribles condiciones de vida, aparecen diversas facciones terroristas que exigen la independencia del Cinturón y mejores condiciones de vida de sus habitantes.


lunes, 31 de julio de 2017

A mi hijo, Andrés



Hoy retomo la actividad en mi blog con la mayor de las ilusiones, ya que desde el pasado día 10 de julio tengo el enorme orgullo de ser padre, por primera vez. No puedo evitar sentir la necesidad de decir abiertamente que jamás he experimentado emociones que se asemejen, ni de lejos, a lo que he sentido en estos últimos 21 días.

Me gustaría dedicar esta entrada tan especial a mi mujer, por portarse como una auténtica amazona durante el embarazo y por ser tan valiente y fuerte durante el parto,  y por supuesto a mi hijo, a quien dedicaremos con devoción el resto de nuestras vidas para darle todo el amor y el cariño del mundo y a inculcarle los valores en los que creemos.

Y como si de una cápsula del tiempo se tratase este blog, quiero mandarle este mensaje:

Nunca te rindas, nunca dejes de luchar, Andrés. Sé constante, honesto, muestra siempre respeto por los demás, y exige el mismo respeto para ti. Da siempre lo mejor de ti para alcanzar tus metas, pero también para disfrutar de cada momento de tu vida. Porque, al final, la vida siempre te abre puertas, y hasta la más inesperada de ellas puede llevarte camino a la felicidad... así que nunca dejes de curiosear, hijo mio.




domingo, 21 de mayo de 2017

No, Braveheart no es una película con rigor histórico... ¿y qué?



Basta. Stop. Ya está bien... Estoy harto de leer artículos, entradas de blogs y comentarios en Youtube y hasta de escuchar podcasts en los que los autodenominados como "haters"o los sabiondos de turno,  expertos en Historia Universal, desprecian, ningunean y desaconsejan por completo algunas películas de gran éxito en la taquilla que se desarrollan en la Antigüedad, la Edad Media o cualquier otro periodo porque no cuentan los hechos que acontecieron de manera rigurosa o porque se toman licencias en el desarrollo de la historia. Curiosamente muchos de los que critican esta falta de rigor luego son fans incondicionales de la serie "Juego de Tronos"... que a pesar de ser excelente no está basada precisamente en las Crónicas de San Anselmo, que yo sepa.

Y es que en esta ocasión le ha tocado el turno a una de mis películas favoritas, Braveheart, que está basada o inspirada (palabras clave aquí) en la historia del archiconocido William Wallace (archiconocido precisamente gracias a esa película) y en ese periodo de la historia de Escocia en la que se luchaba contra la dominación inglesa y por su independencia (un tema que además no ha desaparecido del todo hoy en día). 

Pero no me malinterpretéis : me considero un fanático de la Historia y de hecho valoro por encima de todo el que las películas estén bien documentadas y que cuiden al detalle la reproducción histórica en todos sus ámbitos... pero creo que ya es hora de relajarnos un poco cuando criticamos el trabajo general de estas películas y las rebajamos casi a la categoría de simples "cuentos de hadas".

Partamos de una base sencilla : para ver una película con rigor histórico y 100% fiel al hecho en sí, ya tenemos cientos de documentales de canales especializados, que no sólo relatan cómo fue en realidad sino que nos aportan diferentes versiones de lo que ocurrió, porque ya sabemos que la Historia siempre la escriben los vencedores. Una película es, al fin y al cabo, un negocio que busca atraer a la mayor cantidad de público posible, y, nos guste o no, eso exige en ocasiones que haya que modificar el hecho histórico para que atraiga a la audiencia. Y reconozco que hay películas en las que esas licencias son tan "libres" que acaban convirtiéndola en un verdadero bodrio.

Scythe y el universo de 1920+

  Bienvenidos a Europa del Este en unos años veinte muy distintos de aquellos felices y prósperos que nos describen los libros de historia....