La Operación Overlord, la mayor y más compleja operación militar de todos los tiempos, no hubiera tenido éxito sin el arriesgado trabajo de “desinformación” de decenas de agentes secretos que actuaban en la sombra lo largo de toda Europa. De todos estos espías, hubo uno que desempeñó un papel fundamental, consiguiendo engañar al propio Hitler sobre la zona en la que se iba a realizar el Desembarco de Normandía… se trataba de un agente español, llamado Joan Puyol, y cuyo nombre en clave era “Garbo”.
De vocación : agente secreto
Joan Puyol nació en 1912 en Barcelona. Su padre, que mantenía una posición económicamente acomodada, ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su rechazo por la violencia y su creencia en el progreso y la tolerancia. A Joan le tocó vivir en una época de convulsión revolucionaria en Barcelona durante los primeros meses de la Guerra Civil Española, donde los radicales métodos de las facciones comunistas y anarquistas le hicieron pasarse al bando franquista durante la contienda.Sin embargo, no tardó mucho tiempo en darse cuenta de que se había equivocado y comenzó a sentir también un rechazo aún mayor por el fascismo, no solo por la brutal represión ejercida por Franco sobre los vencidos, sino por su apoyo a la Alemania nazi, que acababa de desencadenar la Segunda Guerra Mundial.Así pues, en 1940, año en el que Hitler ponía todo su empeño en la invasión de Inglaterra, nuestro héroe particular decide que ya es hora de hacer algo para ayudar a los británicos, puesto que éstos eran los únicos que estaban luchando contra Alemania en aquel entonces.Es así como Puyol, un pequeño empresario que se había dedicado primero a criar pollos y luego a dirigir un hotel en Madrid, decide de la noche a la mañana convertirse en espía y agente secreto para luchar contra los nazis, sin la más mínima formación para ello ni el conocimiento de otros idiomas más allá de su catalán nativo y el español…
Joan Puyol y su esposa, Araceli González, la espía en la sombra |
Ni corto ni perezoso, Joan envía a su mujer, Araceli González (quien también llegaría a convertirse en espía junto a él y a quien muchos autores atribuyen parte del éxito de Puyol) a la embajada británica en Madrid, para que ésta ofrezca allí a los ingleses los servicios de su marido como espía. Prácticamente la mandaron a paseo, tras revisar el perfil de Puyol y ver que carecía de interés estratégico…Ante la negativa, Puyol pone en marcha su “plan B” para encontrar ese valor estratégico que buscan los británicos : decide ofrecerse como espía a los nazis, con la intención de hacerse un nombre en el Servicio de Inteligencia de los alemanes y, a la larga, poder pasar información valiosa a los ingleses.